La calidad de los edificios engloba muchos aspectos que hoy en día son esenciales como una reducción del gasto energético mejorando la estanqueidad de edificios. Conocer estos aspectos y tenerlos en cuenta a la hora de hablar con la constructora es muy importante para poder plantear ideas y representarlas de forma adecuada.
¿Qué es la estanqueidad de edificios?
La estanqueidad de edificios hace referencia a la impermeabilidad del edificio frente a factores externos como el agua o el aire. Se tienen en cuenta los materiales aislantes del frío, así como el revestimiento y otras condiciones que protejan al inmueble del paso del agua o del aire.
Esto es vital para la construcción de una casa, pues si entra fácilmente el agua en caso de lluvia, esto provocará goteras o condensación dentro del hogar. De la misma forma si ponemos la calefacción y el calor se escapa rápidamente tendremos un mayor gasto de luz o gas.
Factores que influyen en la estanqueidad de edificios
Es necesario valorar los factores que influyen en la estanqueidad de edificios y conocer qué elementos juegan un papel fundamental.
En primer lugar, la hermeticidad es los factores esenciales de la estanqueidad de edificios. Este se refiere a que una casa esté perfectamente cerrada y aislada del aire exterior. Para ello hay que hermetizar bien las aberturas, los pliegues o los cerramientos de los inmuebles. Solo de esta forma se podrá garantizar que el frío exterior no entre a la casa.
Por otro lado, otro aspecto muy relevante es la permeabilidad, la cual hace alusión a la capacidad de un edificio o material de hacer frente al aire o el agua. Lo ideal es que no se produzcan infiltraciones dentro de la casa, para lo que hay que estudiar si los materiales utilizados son impermeables o calcular hasta qué punto permiten que un fluido pase.
Tener un buen sistema de ventilación del edificio mejorará no solo la calidad del aire, sino que creará espacios más confortables que ayudarán a la eficiencia energética. Si tenemos un edificio con aire estancado será más difícil evitar las infiltraciones y convertir los espacios en lugares más saludables. Además, si hay un buen sistema de ventilación el calor no se escapará, pues existen recuperadores de calor que ayudan en la labor de mantener la estanqueidad de edificios.
Para mejorar la estanqueidad de edificios, es necesario contar con un buen diseño del edificio y de los espacios interiores. Después, contribuir en este proceso se lleva a cabo mediante unas buenas prácticas de ventilación. Hay dos elementos a los que prestar especial atención: el aire y el agua. Para comprobar la estanqueidad de aire que tiene un edificio se utiliza un test llamado “ensayo de blower door” en el que determinan la cantidad de aire que fluye y cuál es la ventilación que deberá tener el edificio para un buen mantenimiento. Por otro lado, para la estanqueidad del agua, hay otros elementos a estudiar como las “habitaciones húmedas” que son aquellas que tienen más facilidad que acumular frío, condensación o humedad.
Principales beneficios de la estanqueidad de edificios
A continuación vamos a exponer cuáles son las principales ventajas de la estanqueidad de edificios.
Protege el envolvente del edificio
Para poder garantizar la protección de la envolvente del edificio hay ciertas medidas que pueden ayudar a cuidarlo. Además de una buena ventilación del edificio es necesario añadir una barrera de vapor que permita que el frío exterior no se infiltre y que resguarde el calor interno y no lo deje escapar. Esto se consigue ya que la barrera de vapor es impermeable y cumple su función de hermetizar al edificio.
Esta acción traerá beneficios tanto a corto como a largo plazo, pues reducirá el gasto energético de calefacciones y aires acondicionados permitiendo una ventaja en comparación con otros inmuebles.
La estanqueidad de edificios hace que sea energéticamente eficiente
Ya que tendremos un mejor control de las filtraciones de frío y agua, en las épocas más frías y húmedas del año podremos ahorrar mucho más en cuanto a la calefacción, ya que regular el aire caliente o el frío según lo necesitemos supondrá que no hay necesidad de usar calefacción o aire acondicionado, motivo por el que nuestro edificio será energéticamente eficiente.
Incrementa el confort térmico
Puesto que nuestro edificio estará hermetizado con respecto al frío o agua, las corrientes frías no se infiltrarán con facilidad y la calidez del inmueble permanecerá intacta. Esta es otra ventaja que surge de una buena estanqueidad del edificio.
La estanqueidad de edificios logra una ventilación más eficiente
Una buena estanqueidad ayudará a realizar el proceso de ventilación de forma óptima. Lo que se busca con la estanqueidad de edificios es controlar el flujo de aire y agua de manera que no se escape, sino que fluya de manera controlada por los lugares indicados.
De esta manera, construir un edificio estanco ayudará en un futuro al mantenimiento del inmueble.
Consecuencias de una mala estanqueidad de edificios
Una mala estanqueidad de edificios puede provocar riesgos en un futuro, puesto que las infiltraciones pueden volverse mucho más graves y pueden derivar en deterioros del inmueble. Así pues, hay que cuidar la envolvente térmica del edificio ya que de esta dependerá que no se produzcan escapes de aire o fugas de agua.
Entre los riesgos o complicaciones que podemos contemplar si no construimos un edificio con una estanqueidad adecuada destacan los que vamos a exponer a continuación.
- Humedad en exceso, que perjudique el ambiente interior del edificio.
- Consumo excesivo de calefacción y aire acondicionado, ya que un edificio estanco contribuirá a un mejor rendimiento energético y económico.
- Fugas de aire o agua mediante aberturas o cerramientos mal hermetizados.
- Filtrados que deterioren el inmueble de manera irrevocable. Si las fugas o la humedad es un problema constante, estas acabarán estropeando los materiales internos y externos, de manera que estas complicaciones se volverán más graves y recurrentes.
- Espacios interiores menos confortables debido a la mala ventilación del edificio o al exceso de humedad existente.
- Mayor riesgo de condensaciones, debido a espacios mal ventilados o un exceso de renovación del aire interior.
En definitiva, la estanqueidad de edificios es un concepto que debemos valorar a la hora de construir un edificio, ya sea por la normativa vigente que cada vez exige una mejor eficiencia energética de los nuevos inmuebles, como por los beneficios que nos traerá esa inversión en un futuro no muy lejano. Desde Luxor Espacios nos dedicamos a la ejecución de todo tipo de obras de edificación con acabados de gran calidad. Ponte en contacto con nosotros para recibir más información.
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